La alegría, el sol y la mezcla de culturas configuran la personalidad de Andalucía, la cuna del flamenco. Joyas como los vinos de Jerez y sus tabernas típicas salpican esta región, en la que encontrarás una seductora mezcla de naturaleza y patrimonio cultural.
De las planicies castellanas surge un paraíso para los amantes del buen beber. En este entorno se elaboran caldos muy apreciados en España y en todo el mundo. Muchos de los cuales maduran en barricas y toneles subterráneos. Además, existen innumerables restos arqueológicos e infinidad de parajes para alejarte del ajetreo diario.
Déjate envolver por el colorido que tienen los paisajes de esta parte de España. Aquí se concentran algunas de las zonas vinícolas más prestigiosas. La Rioja, País Vasco, Cataluña y Galicia ofrecen mil senderos para conocer su preciada gastronomía y el buen hacer de sus bodegueros.
Es el reino de la uva monastrell. La esencia mediterránea de una tierra con un clima suave que te invita a descubrirla durante todo el año. En la localidad de Petrer, puedes recorrer su acueducto medieval y las ermitas de San Bonifaci y el Santísimo Cristo. En Ifach conocerás los Baños de la Reina, uno de los conjuntos arqueológicos más importantes de toda la Hispania Romana.
Las islas Baleares y las islas Canarias tienen una vinicultura diversa y atractiva. Sus caldos llegan hoy a las cartas de los mejores restaurantes de España, aunque lo ideal es probarlos in situ.
El vino espumoso español por antonomasia es el cava. Un producto que se produce en gran parte de nuestro país y cuenta con aprecio internacional. Descórchalo en cualquier ocasión y brinda en copa estrecha de cristal para apreciar sus propiedades.
Podrás descubrirlo con algunos artesanos de las burbujas de Cataluña, la principal zona productora, de donde provienen etiquetas de calidad excepcional.