Es variada, sabrosa y buena para la salud. Más que una alimentación saludable es un estilo de vida. Prueba la gran variedad de aceites de oliva virgen, uno de sus ingredientes clave. En la costa mediterránea te aguarda una explosión de sabores que conquistarán tu paladar. Aquí te mostramos un recorrido por sus platos imprescindibles.
El calçot es una cebolleta tierna, blanca y dulce que se come previamente asada sobre fuego vivo. Es uno de los productos típicos que no te resistirás a probar si visitas Cataluña, especialmente la zona de Tarragona.
Prepárate para ensuciarte las manos en una calçotada, todo un ritual gastronómico que se celebra alrededor de este ingrediente entre noviembre y abril. El menú tradicional de esta celebración incluye ensalada, pan con tomate y embutidos, calçots con salsa romesco y carnes de la región. Todo ello se riega con un buen vino y se remata con un postre casero de crema catalana (crema pastelera con una capa crujiente de azúcar caramelizado).
Tampoco puedes dejar de probar la paella, el mayor icono de la gastronomía española. Tiene su origen en la Comunidad Valenciana, donde tendrás la ocasión de degustar algunas de las mejores recetas. Este sabroso plato de arroz cocinado en una paella, sartén especial con poco fondo y dos asas, tiene multitud de variantes dependiendo de los ingredientes que se utilicen.
La receta más tradicional se elabora con carne de pollo, conejo y verduras, y el arroz debe quedar suelto y sabroso. También es muy habitual encontrar otras versiones, como la paella mixta (con carne y marisco) o la paella marinera, elaborada con productos del mar. Lo ideal es comerlo directamente de la paellera junto con un vino tinto joven o un rosado.
Otro de los mayores atractivos gastronómicos del sur de España es el pescado de la bahía. Cocinado de múltiples formas, es parte fundamental de la cocina marinera, elaborada con ingredientes humildes a pie de playa. En la Costa del Sol, el espeto de sardinas es el rey. Esta particular elaboración malagueña consiste en asar el pescado clavado en una caña al borde de las brasas. También se pueden espetar otros tipos de pescado o carne, el resultado es igual de delicioso.